San Pedro Atocpan no siempre fue un pueblo “molero”, eso fue mera coincidencia. La historia relata que en este pueblo, que se encuentra al sureste del Distrito Federal, dos mujeres muy distinguidas por la sociedad eran las que en la década de 1930 preparaban el mole para las diferentes festividades que se llevaban a cabo en el pueblo. Pero como todo proceso artesanal, el mole requería preparativos de hasta 40 días si se necesitaban grandes cantidades, ya que se comenzaba con la compra de los ingredientes y se continuaba con el desvenado de los chiles, la limpieza de los condimentos, etc. Dos días antes del evento, se tostaban y freían los ingredientes; un día antes, se molía en el metate y finalmente el día del festejo, se guisaba desde muy temprano el mole en grandes cazuelas de barro sostenidas por tres piedras llamadas tenamastlas, que formaban una base llamada ticuil, en el que ponían leña para el fogón.
A principios de la década de 1940, una familia decide incursionar en la actividad molera, preparando la salsa para venderla en el mercado de la Merced en la Ciudad de México, y aunque la producción inicial fue de dos kilogramos. En poco tiempo se tuvo que aumentar, ya que la demanda de mole crecía cada vez más; la molienda en metate ya no fue suficiente, por lo que la familia instaló un molino cerca del mercado. Pronto, hubo necesidad de emplear mano de obra y dieron trabajo a un grupo de jóvenes de San Pedro Atocpan, quienes desempeñarían las labores de producción del mole.
Con el paso de los años, la mejora de la tecnología, los caminos y los transportes, los jóvenes trabajadores se animaron a independizarse para elaborar su propio mole. En un principio lo procesaban en molinos de la Ciudad de México, pero en 1947, con la instalación del primer molino de chiles y moles en Atocpan, pudieron hacerlo en el mismo pueblo.
Al ver que la actividad molera resultaba tan lucrativa, el número de productores de mole aumentó y con ello los molinos, que posteriormente tuvieron que ser eléctricos por la gran demanda que estos tenían. Para 1955, más de un 50% de la población de Atocpan se dedicaba a la producción de mole.
Para la década de 1950, el mole era un producto nuevo en el ámbito comercial, pero con un mercado potencialmente alto. Por ello, algunas grandes empresas deciden incrusionar en él, creando una fuerte competencia para el mole de San Pedro Atocpan, tal es el caso del Mole Doña María, que hasta la fecha, se sigue vendiendo en supermercados de todo el país.
En 1964, se crea en Atocpan la Cooperativa de Producción de Mole con la finalidad de mejorar y aumentar la producción. Posteriormente, se crearon otras cooperativas que proyectaron el mole a un ritmo acelerado, tanto en los mercados cercanos como en los estados vecinos.
De Atocpan para el mundo
En 1978, como una manera de contrarrestar el embate de las marcas líderes del mole, se instituye lo que continúa hasta hoy como una gran tradición de San Pedro Atocpan, “La Feria Nacional del Mole”. En un principio duraba una semana, pero gracias a su éxito se extendió a cuatro semanas en el mes de octubre, con una extensión de 100,000 m2. El principal objetivo de la feria es dar a conocer el mole almendrado, creación auténtica del lugar. Se caracteriza porque no es muy picoso y posee un sabor, textura y aroma inigualables debido a los 26 ingredientes con que se elabora. Según la receta tradicional, incluye los chiles ancho, mulato, pasilla y chipotle; especias como clavo, comino, pimienta, semilla de cilantro, canela, anís, ajo y cebolla; oleaginosas tales como ajonjolí, nuez, cacahuate, almendras, avellana, semillas de calabaza, piñón; y otros ingredientes como plátano, pasas, chocolate, galletas, azúcar, sal y tortillas. También en la feria se muestran las demás variedades de mole que se elaboran en el pueblo.
Actualmente, ubicados en el corazón del pueblo, hay más de 30 restaurantes especializados que atraen a turismo tanto nacional como internacional. Además del mole, se ofrecen diversas especialidades mexicanas en un ambiente provinciano, en donde el zócalo, la capilla de Yencuitlalpan o el exconvento de San Pedro Apóstol, edificado en el siglo XVII, hacen de la visita a San Pedro Atocpan una experiencia deliciosa.
¿Cómo llegar?
1.- Por la carretera Xochimilco-Oaxtepec, en el Km. 18.5. Ruta: Periférico hasta la Glorieta de Vaqueritos en Villa Coapa, tomar dirección hacia Xochimilco, seguir los señalamientos a Milpa Alta rumbo a Oaxtepec.
2.- Por Tulyehualco. Ruta: Xochimilco, tomar desviación Tulyehualco para encontrar el Bosque de Nativitas, tomar la desviación a Santa Cecilia y posteriormente a San Bartolomé Xicomulco para finalmente llegar a San Pedro Atocpan.
1 comentario:
Claro, y algo más que les faltó agregar: al ser vecinos de Xochimilco y con tantas fiestas y ferias que realizan a lo largo del año era necesario tener a la mano quíen les distribuyera su mole.
Buena información.
Saludos
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